Escribo esta última entrada en mi blog de Erasmus desde Paterna de Rivera, Cádiz, donde todo parece un universo paralelo: más de 40ºC, gente gritando por la calle, los niños jugando en las aceras...
Hace ya 5 días que dejé Alemania, y tres más que hice lo propio con Leipzig, porque Guillermo y yo pasamos los últimos tres días en Berlín (podéis ver todas las fotos en este álbum de Facebook, incluso si no sois mis amigos, o no tenéis siquiera Facebook).
No quería hacer una entrada de Berlín porque ya había hecho una cuando estuve con mi hermana, pero os puedo decir más o menos lo que hicimos: El lunes fuimos al Dungeon (yo ya había estado en el de Londres hace 5 años), que es como un museo del terror en el que te pasan por distintos escenarios de cosas macabras que han pasado en Berlín a lo largo de la historia, pero, a parte de dar miedo, te lo pasas en grande, es super gracioso! El martes por la mañana hicimos un tour de más de 3 horas y media, que en un principio es gratis, pero después cada uno da lo que quiere, y muy bien! cansados, pero bien :P Por la tarde vimos pocas cosas más (como un museo del holocausto), y al día siguiente emprendimos camino hacia Bilbao, con Vueling (Leed bien la letra pequeña si viajáis con Vueling, porque yo pagué en su día 20€ por cada maleta (llevaba dos), y al facturar me dijeron que tenía 23Kg EN TOTAL). Ah, a quien le interese, en Berlín nos alojamos en un hotel llamado Western Hotel am Spittelmarkt, que estaba genial! En el centro... Y encima, no nos costó lo "normal", porque cogimos una oferta con Trivago y nos salió casi la mitad, así que perfecto.
Volviendo a Leipzig, me dio muchísima pena dejar esta habitación, una habitación en la que había vivido 8 meses, vacía como la primera vez.
De hecho, no sé que me infundó más tristeza: verla vacía por primera vez, o verla vacía ese día, 29 de julio... De hecho, ahora que lo pienso, no dejé la habitación vacía: La dejé llena. Llena de experiencias, el 95% de ellas, buenas. Las malas solo incluyen la tristeza de los primeros meses. Pero las experiencias buenas son tales como: cenas con todos los niños (mis amigos); conocer a dos compañeras de piso (todo hay que decirlo, la segunda mucho mejor que la primera) con las que después compartí largas charlas; ver Eurovisión muy bien acompañada; una pre-party... Y no sólo experiencias sociales, sino también experiencias personales, como: soltarme en la cocina; aprender que de vez en cuando hay que limpiar y no está mi amatxu para hacérmelo; conocerme a mi misma... Que puede que esto último sea un tópico gigante, pero es verdad, o al menos, en mi caso.
A unos niños que ya he nombrado en esta entrada quiero darles las gracias, por todo, porque sin ellos no habría estado tan animada a veces, y por todo lo que hemos compartido. Aunque al principio estaba deseando irme, vosotros sabéis que siempre era más feliz estando a vuestro lado, y al final me dio MUCHÍSIMA PENA dejaros y saber que nunca jamás vamos a pasar tanto tiempo juntos como el que hemos pasado este año. Espero que, aunque estemos tan lejos, podamos vernos alguna vez más. Os mando 5 besazos ENORMES y os deseo lo mejor en vuestras vidas.
A Leipzig en general, si pudiera decirle algo, le diría (en alemán) que ha sido un placer residir en sus tierras, conocer a sus alternativos habitantes, y pasear por sus calles del centro sabiendo que en su día lo hicieron grandes como Goethe, Leibniz, Bach o Nietzsche.
En cuanto a mi experiencia Erasmus, todo perfecto (repito, menos el principio, pero los principios siempre son duros en todo...). Los centenares de gente que conocí (sin exagerar...), cada de uno de una cultura distinta, y todo lo que aprendí de ellos... También académicamente, todo genial, porque, aunque tuve que estudiar mucho a veces (en una ocasión, para un examen oral de una asignatura de máster), en general eran asignaturas muy fáciles que se aprobaban, a lo mejor, con un trabajo escrito, o incluso una exposición oral de 20 minutos.
Si hay alguien que me está leyendo ahora mismo que le acaban de dar una plaza Erasmus y se lo está pensando, NO OS LO PENSÉIS MÁS. Es una experiencia ÚNICA que pesará mucho en el futuro, no solo en la vida académica y/o laboral, sino también en la vida personal. Si os ha tocado un destino Erasmus del que no conocéis el idioma, aprended algo, pero lo justo, no hace falta tener un nivel nativo para desenvolverse un poco, e iros de cabeza! Y si tenéis sitio de sobra, llamadme, que me meto en la maleta :P
Había pensado en tantas cosas que escribir, y ahora no me acuerdo de ninguna... ¡Qué rabia! Así que nada, ya me despido. Gracias a los que me leían más o menos regularmente, y a quien tenga alguna duda de Erasmus en general, arriba en el link podéis acceder a mi Facebook, y me preguntáis las dudas por mensaje privado. Yo, encantada de ayudar, como siempre :)
Auf Wiedersehen, Leipzig! Ich werde dich nie vergessen!
Adiós, Leipzig! Nunca te olvidaré!